miércoles, 27 de agosto de 2014

LANZAROTE. Crónica de una "Bimbada" anunciada

                Con este sugerente título, para algunos, y sin sentido para otros, quiero comenzar el relato de lo que ha sido mi paso fugaz pero intenso por esta maravillosa isla.

                Aterrizamos en Arrecife sobre la medianoche del jueves. Entre recoger la maletas, el coche de alquiler y llegar al alojamiento nos vimos obligados a acostarnos tarde. De cualquier manera eso no fue impedimento para que sobre las 7 de la mañana, Juan Sagardía nos pusiese en pie. Había que buscar temprano algunas especies, antes que el calor la obligase a refugiarse y fuese casi imposible su observación. Antes de continuar aprovecho para agradecerle como persona el interés mostrado y como empresa, Lanzarote Pelagic, la experiencia y buen hacer a la hora de localizar las especies.

              Retomando la situación donde la habíamos dejado, la verdad es que no todos los días se levanta uno, o mas bien lo levantan, con esta pregunta: ¡Bueno! ¿Que te falta por ver en la isla? Uhmmm.....tras una pequeña conversación quedó claro mi especial interés en tres especies. Tras un desayuno reparador comenzamos la búsqueda. En el primer lugar, de los mas seguros para la observación, fallamos el intento. Demasiadas molestias humanas con perros sueltos. Ni lo pensamos. Rápidamente fuimos a por el segundo sitio ya que el calor comenzaba a notarse. Tampoco hubo suerte. Durante el trayecto de un lugar a otro pudimos ver Alcaudón norteño, Lanius excubitor, Bisbitas caminero y arbórea, Anthus berthelotii y A. trivialis, Camachuelo trompetero, Bucanetes githagineus, Gorriones morunos, Passer hispaniolensis o un enorme bando de Terreras marismeñas, Calandrella rufescens, de mas de 200 ejemplares, entre otros.

Alcaudón norteño

Bisbita caminero

Bisbita caminero
             
               Tras unos kilómetros pisteando por los Llanos de Famara, ¡BIMBO! Conseguimos localizar un macho de Avutarda Hubara, Chlamydotis undulata


              Con alegría contenida, continuamos nuestro periplo a la búsqueda de las otras especies. Al igual que en el caso anterior el primer intento lo fallamos, la diferencia estuvo que en el segundo lugar visitado localizamos las dos especies buscadas. ¡BIMBO! ¡BIMBO!. Se trataba de la Tórtola senegalesa, Streptopelia senegalensis y la Tortolita rosigrís, Streptopelia roseogrisea, ambas reproductoras en la Isla en escaso número. 

Tortolita rosigrís
Tortolita rosigrís
Tórtola senegalesa
             
               Con el objetivo terrestre cumplido continuamos a la búsqueda de alguna sorpresa aunque sin éxito.

                El sábado muy temprano embarcamos en un “Quest” de 14 metros de eslora que nos llevaría hacia el Banco de la Concepción. Las condiciones reinantes durante la travesía de ida fueron bastante adversas. Viento de mas de 30 nudos y olas de 3 metros dificultaban tanto la marcha como el disfrute de la navegación. Después de haber recorrido sobre 20 millas se lanzó al agua el primer bloque de “Chum” (pescado congelado triturado de varias especies). Como por arte de magia comenzó el espectáculo. Los primeros en llegar, y como no ¡BIMBO! de nuevo, los Paiños de Madeira, Oceanodroma castro, seguidos de los Petreles de Bulwer, Bulweria bulwerii también ¡BIMBO!, que hicieron nuestras delicias.

Paiño de Madeira. Chris Gibbins.

Petrel de Bulwer. Chris Gibbins.
       
              Paiños europeos, Hydrobates pelagicus, Paiño de Wilson, Oceanites oceanicus o Pardelas cenicientas atlánticas, Calonectris borealis también se unieron al festín. Esta última especie ya considerada como especie por alguno taxónomos aunque en discusión aún.

Paiño de Wison. Juan Sagardía.

Pardela cenicienta atlántica. Juan Sagardía.
                 
                   Por último, de nuevo ¡BIMBO!, los Paiños Pechialbos, Pelagodroma marina.

Paiño pechialbo. Chris Gibbins.

Paiño pechialbo. Chris Gibbins.
             
                   Invadido por la alegría del momento  y por un profundo malestar debido a la mala mar, caigo en “Stanby” casi 20 horas. Ya a media mañana del día siguiente, con la mar algo mas calmada, parece que vuelvo a ser persona. Tras comer algo salgo a cubierta en el momento mas oportuno. Alrededor del barco tenemos Pardelas pichonetas y capirotadas, Puffinus puffinus  y  P. gravis,

Pardela capirotada. Chris Gibbins.
           
                pero sin lugar a dudas el ¡BIMBO! con mayúsculas lo puso la Pardela chica, Puffinus baroli, que nos deleito con unas pasadas a unos 5 o 7 metros. La importancia de la observación es debida a sus hábitos nocturnos en las colonias de cría pero sobre todo a los muy pelágicos durante el día.


  
       
           Ya de regreso disfrutamos de la compañía de un enorme grupo de Delfines moteados o manchados del Atlántico, Stenella frontalis que pegados a las amuras del barco nos acompañaron un buen rato.

           Una vez desembarcados del velero, tomamos el ferry que nos llevaría al puerto de Orzola. Durante el trayecto estuvimos atentos ya que pasamos por delante del nido de una de la parejas de Rabijunco etéreo, Phaethon aethereus que crían en este archipiélago aunque no tuvimos la suerte de verlo.

           Todavía antes de dirigirnos hacia el aeropuetto, pudimos ver algunas Perdices morunas, Alectoris barbara, Canarios, Serinus canaria y Corredores, Cursorius cursor.

                En resumen. Salida corta con máximo provecho. Total 7 BIMBOS. Para los no familiarizados son especies nunca antes observadas.


                Este viaje lo he compartido con José Portillo “Porti”, Miguel Rouco, Juan Sagardía, Pablo Gutierrez, Chris Gibbins, Phillip Croquet, Hymel Maggs y un el que suscribe.